El arranque de Wimbledon, el tercer Grand Slam del año, dejó una gran cantidad de sorpresas: cuatro jugadores Top 10 quedaron eliminados en primera ronda, tanto entre las damas como entre los hombres. Entre ellos, el alemán Alexander Zverev, número tres del mundo, que tras caer ante el francés Arthur Rinderknech reveló que lidia con problemas de salud mental.
Zverev, que llegó a ser número dos del mundo, pero que nunca pudo obtener un título de Grand Slam, se despidió antes de lo previsto en Londres, y atraviesa un momento complicado en el circuito; al menos, en los torneos grandes.
En una cruda conferencia de prensa, el alemán contó sus padecimientos. “A veces me siento muy solo en la cancha. Tengo problemas a nivel mental y lo llevo sintiendo después del Abierto de Australia. Me cuesta encontrar la alegría fuera de la pista. Jamás había experimentado algo así”, reveló Zverev, que pese a contar con muchos detractores, generó mucha conmoción en el ambiente del deporte blanco.
“Mi problema no es el tenis ahora mismo, sino encontrar algo dentro de mí. Estoy intentando encontrar maneras de salir de este lugar, pero vuelvo a caer. No es una cuestión de tenis, me siento solo en la vida en general ahora mismo, y eso no es agradable”, agregó Zverev, que contó que se va a dormir sin tener motivación para levantarse al día siguiente.
La frustración de un tenista argentino en Wimbledon, al estilo Gaudio: “Parezco un heladero”
Se suele decir que el tenis es el deporte más mental del mundo. Por eso es habitual ver a muchos jugadores profesionales hablar consigo mismo en medio del partido, ya sea para arengarse o recriminarse algo. Este fue el caso de Camilo Ugo Carabelli, que invadido por la frustración en su debut en Wimbledon, tuvo un monólogo a lo Gastón Gaudio.
El “Brujo”, número 56 del ranking ATP, jugó dos sets muy parejos ante el estadounidense Marcos Giron (45)°, pero perdió ambos en tiebreak, 7-6 y 7-6. Por eso, mostró toda su bronca tras el cierre del segundo parcial, con frases que se escucharon en toda la cancha 9, donde jugó en la Catedral del tenis.
“Se te rompe la cabeza, te juro que se te rompe la cabeza. Se te rompe, se te rompe la cabeza”, repitió varias veces Ugo Carabelli, sentado en su lugar, con evidente enojo por el resultado parcial.
“No hay vuelta atrás, no hay vuelta atrás. Es una v****a y listo, no hay nada para hacer”, agregó Ugo Carabelli, molesto con la superficie. Y, posteriormente, se quejó también de la vestimenta, que en Wimbledon debe ser completamente blanca. “Encima estoy disfrazado, además. ¡Estoy disfrazado, mirá cómo estoy! Parezco un heladero”, lanzó, dirigiéndose a su equipo.